
Italia es el primer país en anunciar controles de capital sobre transacciones de capital, mediante restricciones y prohibiciones a las transacciones para los próximos 2-3 años.
Desde 2013 los ciudadanos en Italia y quienes la visiten SÓLO PODRÁN PAGAR CANTIDADES QUE SUPEREN LOS 50 EUROS MEDIANTE TARJETA DE DÉBITO O CRÉDITO.
Eso es lo que ha decidido hoy el Consejo de Ministros Italiano.
Se supone que todo esto lo hacen para limitar el lavado de dinero y los pagos con dinero negro. La agenda de control del NOM tiene la eliminación del dinero efectivo como punto destacado. Al fin y al cabo, eliminar el dinero efectivo nos obligaría a emplear el dinero de plástico del banco para cualquier compra-venta que se produjera en cualquier momento. Eso, además de trasladar enormes sumas de dinero, en forma de comisiones bancarias, al sistema bancario, sumas astronómicas porque recordemos que el uso de las tarjetas obliga a pagar alrededor de 2% a las empresas y negocios que aceptan las tarjetas, y obliga a los usuarios a pagar, en distintos formatos de comisiones existentes, por tenerlas y emplearlas. Pero el verdadero objetivo, como siempre, no es económico, sino que tiene que ver con el control absoluto de nuestros movimientos y decisiones.
En este punto de la entrevista de Alex Jones a Aaron Russo, quien llegó a ser íntimo de un Rockefeller, Russo explica cuál es el “objetivo” de la agenda de control.
Italia no es el primer país que avanza peligrosamente en esa agenda. México anunció en el 2010 medidas para restringir las operaciones en efectivo; Suecia “presume” de ser prácticamente ya una sociedad sin cash (ver vídeo). Medidas similares han sido aprobadas y propuestas en multitud de países. En Abril del 2012, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció que van a limitar el pago en efectivo en España a 2.500 euros “cuando al menos intervenga un empresario profesional”. El incumplimiento de esta restricción podrá acarrear multas de hasta el 25% de las cantidades pagadas.
El año pasado, Visa produjo una serie de vídeos describiendo su visión para la próxima generación de pagos electrónicos, en que los consumidores de todo el mundo pagarán todo tipo de bienes y servicios empleando el teléfono móvil. En la misma línea, International Finance Corporation ha publicado un informe reciente sugiriendo un marco donde los países establezcan un negocio del dinero móvil.
La idea de la “sociedad sin cash”, de la que cada vez más periodistas y coristas de la información se hacen eco con entusiasmo, surgió en los años 50. El primer objetivo fue eliminar los cheques, cuyo volumen crecía de una manera exponencial y supuestamente resultaban “muy costosos”.
Limitar a 50 euros el uso del dinero en efectivo obliga a las personas a emplear obligatoriamente la tarjeta del banco para multitud de compras, tarjetas de la cuales hasta ahora podía prescindir. También obligará a los negocios a ceder un porcentaje aún mayor de sus beneficios a la banca.
El siguiente paso en la sociedad sin cash muy probablemente será obligar a las personas a que vinculen sus tarjetas y cuentas bancarias a un teléfono móvil. Una persona sin una cuenta de banco o sin una tarjeta de débito o crédito por ejemplo no podrá comprar sus muebles en Italia, ni comprar un billete de autobús interurbano si el costo es superior a 50 euros. A cambio de esto, el “crimen” de no tener una cuenta o de evitar el uso de tarjetas bancarias, podrá ser castigado.
Fuentes:
Fuente original: Noticias del Tirol
http://www.suedtirolnews.it/
http://www.silverdoctors.com/
Nota dezpierta: «Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre». (Apocalipsis 13:16,17)
Hemos tocado este tema en multitud de ocasiones en el blog y siempre he reiterado mi convicción de que la marca de la bestia, de la misma forma que el sello de Dios, es espiritual. Otra cosa muy distinta son los mecanismos de los que se valdrá la élite para alcanzar el objetivo de control financiero total de la población, que incluirá a los chips por supuesto.
La decisión tomada en Italia ata de pies y manos a toda la población para que no tengan más remedio que tener su dinerito metido en el banco, contabilizado y fiscalizado, para bloquear o retirar lo que sea necesario en cada momento y circunstancia.
Porque pensemos ¿qué vale menos de 50 euros? Una rueda de coche (una sola y depende del coche), una cena para dos, medio carro de la compra… y poco más.
Pronto, tener tarjeta de crédito o débito será una condición indispensable para poder comprar cualquier cosa y tampoco olvidemos que si aumenta la inflación, el dinero pierde poder adquisitivo y lo que hoy se compra con 50 euros, en dos años puede costar 100 o 1000.
Así también, el estado se asegura de sacar tajada cada vez que el dinero cambia de manos. Porque si yo tengo 1000 euros y te los doy a cambio de una mercancía, tu entregas el 21% (en España) a Hacienda, así que te quedan 790, si tu pagas con esos 790, el vendedor tiene que entregar 166 euros, así que le quedan 624. Con otra transacción más, el Gobierno se habría apoderado de más de la mitad del capital inicial. Así que imaginemos por qué les interesa tanto que haya circulación de dinero.
Pero, ¿es sólo cuestión de dinero? No, también existe la importante cuestión del control, con el supuesto objetivo de alcanzar la paz y la seguridad de las que habló Jesús en Mateo 24. («Cuando hablen de paz y seguridad, entonces vendrá el fin»)
En definitiva, para pertenecer al sistema y hacer uso de sus ventajas no nos queda otra que pasar por el aro y permitir que el Estado (o la Unión) monitorice y archive cada una de nuestras compras. De esa manera, no habrá margen de maniobra para escapar al control del Nuevo Orden Mundial y podremos ser bloqueados, borrados o marginados en un sólo clic.
Nos queda poco tiempo para el regreso glorioso de nuestro Redentor.
Bendiciones.