Advierten a monjas en miami que alimentar sin permiso a los pobres es ilegal

Las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta han recibido en su convento de Miami una notificación del Ayuntamiento de la ciudad donde se les advierte de que es ilegal alimentar a los pobres sin un permiso oficial.

La notificación del ayuntamiento de Miami, que tiene fecha del 20 de marzo pero se conoció hoy, porque un diario la publicó íntegramente, señala que la operación de un negocio sin las licencias requeridas es ilegal bajo la ley estatal y local.

En el documento se advierte a las monjas de que si siguen con su “negocio”, pueden ser sancionadas con una multa de hasta 100 dólares por día.

Efe trató de obtener reacciones del Ayuntamiento y del convento de las monjas, hasta ahora sin éxito.

En el convento, situado en las inmediaciones del hospital Jackson Memorial y la sede de la Universidad de Miami (UM), las misioneras dan de comer a diario a unas 300 personas desamparadas.

“Nosotras no estamos operando un negocio. Nuestro negocio es hacer el bien”, aseguró la superiora del convento, la hermana Lima Marie, en declaraciones El Nuevo Herald.

“¿Qué estamos violando?”, se pregunta la monja, quien recuerda que la única misión de esta congregación religiosa católica establecida en 1950 para ayudar a los más pobres entre los pobres es “saciar la sed de Jesús en la Cruz mediante el trabajo por la salvación y santificación del alma”.

La orden fundada por Sor Teresa de Calcuta tiene 710 centros repartidos por más de 133 países. EFE

Visto en: Lavozdelqueve

Una ley estadounidense prohíbe dar de comer al aire libre a los sintecho

En medio de la crisis económica en la que miles de estadounidenses están luchando por sobrevivir, las autoridades locales de EE. UU. no se sienten satisfechas con la polémica ley federal HR 347 que penaliza las protestas y han ido más lejos en sus aspiraciones de reprimir la voluntad de sus ciudadanos: ahora prohíben dar comida a los pobres y a los sin hogar al aire libre.

Filadelfia y Houston son dos ciudades grandes que están impulsando considerables limitaciones de la voluntad personal de sus ciudadanos de ayudar a los pobres. El 14 de marzo el alcalde de Filadelfia, Michael Nutter, anunció la prohibición por ley de alimentar a los sin hogar y la gente necesitada al aire libre. Según Nutter, alimentar a los sin hogar en los parques viola las condiciones sanitarias. Pero los activistas están convencidos de que la verdadera causa del Gobierno de Filadelfia es limpiar la zona turística de los ‘poco estéticos’ sin hogar.

Fuente: RT

Nota dezpierta: Amigos… ¡¡¡leyes de conciencia!!! enmascaradas en leyes sanitarias. En algunos lugares está prohibido alimentar a los gatos callejeros porque con esto, provocamos la proliferación de estos que se reproducen y provocan algunos problemas de salubridad.

En ciudades como Madrid, la solución a este problema gatuno es el asesinato, como lo llamo yo, o eutanasia, como lo llaman los que lo ordenan.

Y como hacer esto con seres humanos está muy mal visto, lo mejor es dejar que mueran de hambre y así matamos dos pájaros de un tiro: nos libramos de los incómodos sin techo (que ayer eran gente de clase media) y hacemos que la sociedad pierda su compasión y sus escrúpulos, para hacer de ella una máquina bien engrasada sin sentimientos que es lo que pretenden.

Es evidente que vivimos unos tiempos muy difíciles, hace un par de años no habríamos imaginado lo que se nos viene encima, no habríamos podido creer que se nos quitaría el derecho a manifestarnos, que se nos multaría por dormir en la calle, que echarían de su trabajo a los funcionarios, que obligarían a los parados a trabajar para poder seguir cobrando el subsidio que ellos mismos han ido pagando para que el gobierno lo tenga reservado en caso de necesitarlo, que los estados perderían su soberanía y que los ciudadanos ni siquiera votarían a sus mandatarios.

Pero todo eso ha llegado, y si hubiéramos leído con atención la profecía bíblica, habríamos estado preparados para ello. Pero todavía tenemos la posibilidad de anticiparnos al desastre, sigamos los consejos que nos dan Jesús y sus discípulos. Es tiempo de actúar como ellos y obedecer a Dios antes que a los hombres, aunque ello nos cueste la vida. Porque la recompensa no es una vida más larga en este putrefacto mundo, sino una vida eterna en una Tierra Nueva, curada de la maldición de la envidia y el odio. Allí estarán todos aquellos que antepusieron la voluntad de Dios, antes que la suya propia.

Espero estar allí junto con todos vosotros.