Habitación del papa
Ciudad del Vaticano, 3 jun (EFE).- El papa Francisco afirmó hoy que los corruptos son «el anticristo», hacen mucho daño a la Iglesia y son «un peligro, ya que son adoradores de sí mismos, sólo piensan en ellos y consideran que no necesitan de Dios».
El pontífice hizo estas manifestaciones durante la misa que celebró en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde se aloja, en la que se refirió a la parábola de los labradores malvados, del Evangelio de Mateo y a los tres modelos de cristianos en la Iglesia: los pecadores, los corruptos y los santos.
Francisco señaló que de los pecadores no es necesario hablar demasiado, «ya que todos los somos, nos conocemos desde dentro y sabemos que cosa es un pecador y si alguno de nosotros no se siente así, que vaya a la consulta de un médico espiritual».
El Obispo de Roma añadió que la parábola habla de otra figura, la de aquellos que quieren adueñarse de la viña y han roto relaciones con el dueño de la misma, «un patrón (Dios) que nos ha llamado con amor, nos custodia y nos da libertad, pero esas personas se sienten fuertes y autónomas de Dios».
«Esas personas, poco a poco han roto esa relación con Dios y dicen: ‘nosotros no necesitamos a ese patrón, que no venga a molestarnos». Esos son los corruptos, aquellos que eran pecadores como todos nosotros, pero han dado un paso adelante, se han consolidado en el pecado», aseguró Francisco.
El papa Bergoglio agregó que los corruptos «son un peligro también para los cristianos, ya que sólo piensan en ellos», en su grupo.
El pontífice advirtió que Judas, «de pecador avaro acabó en la corrupción» y subrayó que los corruptos «son grandes desmemoriados, han olvidado el amor con el que Dios ha creado su viña, y se han convertido en adoradores de sí mismos».
«¡Cuanto mal hacen los corruptos en la comunidad cristiana, que el Señor nos libere de caer en ese camino de la corrupción», agregó el papa, que recordó al apóstol Juan que decía que los corruptos «son el anticristo, están en medio de nosotros, pero no son de los nuestros».
Francisco agregó que, al contrario que los corruptos, los santos hacen «mucho bien a la Iglesia», son los que «obedecen al Señor, los que le adoran y no han perdido la memoria del amor con el que el Señor ha creado su viña».
El papa argentino imploró a Dios la gracia «de no convertirnos en corruptos».
«Pecadores sí, corruptos no», subrayó Francisco, que recordó que hoy se cumplen 50 años de la muerte del beato papa Juan XXIII (25 de noviembre 1881-3 de junio de 1963), al que puso como «modelo de santidad».
Francisco rezará hoy ante la tumba del «Papa bueno», como era conocido Juan XXIII, en la basílica de san Pedro del Vaticano.
El italiano Angelo Roncalli fue elegido papa el 28 de octubre de 1958. En su corto pontificado convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II, que cambió la Iglesia y la lanzó al tercer milenio. Fue beatificado por Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000, durante el año jubilar de la Iglesia católica.
Fuente: Yahoo-Noticias
Nota dezpierta: Bergoglio continúa con su actualización de la interpretación bíblica y después de afirmar que los ateos, si hacen el bien, irán al cielo, ahora afirma que el Anticristo (con mayúsculas) no es una persona o entidad sino que está compuesto por todos los corruptos.
Pero lo cierto es que «anticristo», por definición, es todo aquel que va en contra de Cristo o que lo niega, o el que pretende usurpar su lugar.
Es muy conveniente que la misma figura que se erige como «Cristo en la tierra» hable del Anticristo. Echar balones fuera, acusar a los corruptos, es una estrategia magnífica para desviar la atención de lo verdaderamente importante, que el papado encaja a la perfección con la descripción del Anticristo.
Existen 4 menciones de la palabra «anticristo» en la Biblia, y todas se encuentran en las 2 epístolas de Juan (1 Juan y 2 Juan), veámos detenidamente algunas de ellas:
«Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo». (1 Juan 2:18)
En el tiempo de Juan, ya habían surgido muchos anticristos. Pero hay que diferenciar a los anticristos, que son los que niegan al Cristo de el Anticristo que había de venir. El Anticristo es una personalidad concreta, una figura importante que tiene el poder de convencer al mundo para que niegue a Cristo. ¿Qué figura estaba por llegar que cumpliría con esas características? El papado, sin duda.
«¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo». (1 Juan 2:22)
¿Qué significa negar? Cuando desobedecemos a Dios, cuando vamos en contra de su voluntad lo estamos negando. Así que el Anticristo debe ser una figura que lleve al mundo a la desobediencia hacia Dios. No tuvo que pasar mucho tiempo para que el papado convirtiera el cristianismo en una farsa, cambiando los mandamientos de Dios y mezclando la doctrina pura de Cristo con filosofías paganas: introducción de imágenes para adorarlas, santificación de seres humanos, cambio de día de adoración, infierno de sufrimiento como castigo eterno, inmortalidad del alma, etc.
«y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo». (1 Juan 4:3)
¿Nunca había habido corruptos en la época de Juan o de Abraham? Si Juan dice que el el espíritu del Anticristo está en el mundo ya, en su época, es porque era necesaria la figura del Cristo para que pudiera existir el anticristo.
Así que ser corrupto no implica directamente ser anticristo. Porque anticristo es el que niega a Dios. Y no hay mayor Anticristo que aquél que dirige al mundo hacia la desobediencia de los principios bíblicos enseñados por Jesucristo.
Por el contrario, los ateos, esos mismos de los que Bergoglio dice que si hacen el bien irán al cielo, SÍ son anticristos por definición, porque niegan que Jesús sea el Cristo.
Que análisis más parcial con el claro objetivo de congraciarse con el mundo ateo y al mismo tiempo aparentar ser el azote de los corruptos. Una imagen idílica del futuro líder de la religión del Nuevo Orden Mundial, que eligió vivir en una residencia austera en vez de hacerlo en el mismo lugar que el resto de sus predecesores.
Que Dios os bendiga.