Los científicos descubrieron la causa de la muerte masiva de abejas y es peor de lo que se pensaba

La misteriosa mortandad de las abejas que polinizan 30.000 millones de dólares en cultivos en los EE.UU. ha diezmado tanto la población apis mellifera de los Estados Unidos, que un mal invierno podría dejar campos en barbecho. Ahora un nuevo estudio ha identificado algunas de las probables causas de muertes de abejas y de los resultados en lugar de miedo muestran que evitar la muerte masiva de las abejas será mucho más difícil de lo que pensaba.

Los científicos han luchado para encontrar el detonante del llamado Sindrome de Colapso de las Colmenas (CCD por sus siglas en ingles), que ha acabado con un estimado de 10 millones de colmenas, por valor de $ 2 mil millones de dólares en los últimos seis años. La sospecha ha caído sobre los pesticidas, parásitos portadores de enfermedades y la mala nutrición.

Pero en la primer estudio de su tipo publicado hoy en la revista PLoS ONE, los científicos de la Universidad de Maryland y el Departamento de Agricultura de EE.UU. han identificado una mezcla extraña de pesticidas y fungicidas que contaminan el polen que las abejas recolectan para alimentar sus colmenas. Los resultados abren nuevos caminos para explicar por qué un gran número de abejas están muriendo a pesar de que no se identifica la causa específica de CCD, donde toda una colmena muere a la vez.

Cuando los investigadores recogen el polen de las colmenas en la costa este de la polinización de arándanos, sandía y otros cultivos y alimentan a las abejas sanas, las abejas mostraron una disminución significativa en su capacidad para resistir a la infección por un parásito llamado Nosema ceranae.

El polen se contaminó en promedio con nueve pesticidas y fungicidas diferentes aunque los científicos descubrieron 21 productos químicos agrícolas en una muestra. Los científicos identificaron ocho químico asociados con un mayor riesgo de infección por el parásito.

Lo más inquietante, las abejas que comían polen contaminado con fungicidas tuvieron tres veces más probabilidades de ser infectadas por el parásito. Ampliamente utilizado, se había pensado que estos fungicidas son inofensivos para las abejas, ya que están diseñados para matar los hongos, no los insectos, en los cultivos como las manzanas.

«Hay cada vez más pruebas que los fungicidas pueden estar afectando a las abejas y creo que lo que pone de relieve la necesidad de volver a evaluar la forma en que etiquetamos estos productos químicos agrícolas», dijo Dennis vanEngelsdorp, autor principal del estudio.

Las etiquetas de los pesticidas advierten a los agricultores de no rociar cuando las abejas polinizadoras están en la vecindad, pero estas precauciones no se aplica a los fungicidas.

Las poblaciones de abejas son tan bajas en los EE.UU. que ahora tiene 60% de las colonias sobrevivientes del país sólo para polinizar los cultivos de almendras en California. Y este no es sólo un problema de la costa oeste de California, ya que el estado es el proveedor del 80% de las almendras del mundo, un mercado de un valor de $ 4 mil millones de dólares.

En los últimos años, una clase de químicos llamados neonicotinoides se ha vinculado a las muertes de abejas y de los reguladores han prohibido el uso de estos pesticidas durante dos años en Europa, donde las poblaciones de abejas también se han desplomado. Pero van Engelsdorp, científico investigador asistente en la Universidad de Maryland, dice que el nuevo estudio muestra que la interacción de múltiples pesticidas está afectando la salud de las abejas.

«El tema de los pesticidas en sí mismo es mucho más complejo de lo que hemos llegado a creer», dice. «Es mucho más complicado que un solo producto, lo que significa, por supuesto, la solución no consiste en simplemente la prohibición de un tipo de producto.»

El estudio encontró otra complicación en los esfuerzos para salvar a las abejas: las abejas de Estados Unidos, que son descendientes de las abejas europeas, no llevan el polen a casa de los cultivos nativos norteamericanos sino recogen comida de las malas hierbas y flores silvestres cercanas. Ese polen, sin embargo, fue también contaminados con plaguicidas, incluso aunque esas plantas no eran el objetivo de la pulverización.

Artículo escrito por Tod WoodyFuente: http://www.apinews.com

Nota dezpierta: Albert Einstein dijo: “Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre solo le quedarían 4 años de vida”.

¿Por qué el hombre sólo viviría 4 años, según la cita de Einstein? Porque sin abejas no existe la polinización, y sin polinización no hay reproducción en las plantas, sin plantas no hay alimentos para los animales vegetarianos, y para quienes se alimentan de ellos.

La Biblia dice: «Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra». (Apocalipsis 11:18)

El egoísmo del ser humano es el que destruye la tierra. En este versículo concreto no habla de otros condenados más que los que destruyen la tierra. Pero ¿quienes destruyen la tierra?, ¿sólo los de las industrias químicas, las petroleras, las madereras, etc?

Deberíamos (y yo me incluyo, por supuesto) ser más conscientes de lo que nuestros gustos y nuestra forma de vida repercute en la creación de Dios. La forma irresponsable en la que consumimos favorece una industria voraz que deteriora poco a poco la tierra.

El mundo no fue creado para que el ser humano se convirtiera en la plaga que es hoy.

Hasta hace 200 años, el que quería comer carne tenía que engordar al animal y después matarlo. O si quería arroz tenía que plantarlo o intercambiarlo en el pueblo de al lado por algún otro producto que se pudiera producir en las tierra de su propiedad.

Hoy en día consumimos carne que proviene de una industria descorazonada que mata a millones de animales para saciar la voracidad del ser humano. Esos animales son tratados como mercancía desde que nacen hasta que son sacrificados.

Compramos arroz que proviene de campos de cultivo asiáticos en los que niños son obligados a trabajar por unos céntimos al día.

Jugamos con balones de fútbol que son cosidos por niños en China y a los que las grandes marcas explotan sin piedad.

Consumimos como una enorme y voraz plaga aquello que nosotros no producimos y para sacar gran rentabilidad de ello, las grandes corporaciones tratan el planeta sin piedad alguna.

El ser humano no fue creado para reunirse en torno a macrociudades sino para expandirse en la tierra y trabajar con respeto en ella.

¿De qué sirven los grandes adelantos científicos?, ¿me soluciona algo que el hombre haya llegado a la luna?, ¿sería feliz sin coche o moto?, ¿podría vivir sin teléfono móvil?, ¿y sin televisión?

Es cierto que la vida sería más dura en el campo que lo es en la ciudad, pero al menos no tendríamos que ir al gimnasio después de tirarnos ocho horas sentados frente a un ordenador. Y no moriríamos de infartos por el sedentarismo, ni de ictus por estrés, ni de cáncer (al menos no en tanta proporción) por la porquería que comemos, bebemos y respiramos.

El mundo se acaba porque nosotros estamos acabando con él. Jesús posiblemente vendrá cuando el final de nuestra existencia esté a las puertas, gracias a nuestro egoísmo y a nuestra voracidad.

La cuestión es que cuando el mundo empiece a caerse a pedazos, los primeros que morirán bajo los cascotes de la civilización serán aquellos que vivan al amparo de las ciudades, donde no habrá más que cemento y metal para echarse a la boca.

Salgamos de las ciudades, aún estamos a tiempo.

Que Dios os bendiga.

El Vaticano está detrás de las semillas transgénicas de Monsanto

Mentesanatv | Noticias de salud | 7 de Julio del 2013

La tierra ha tenido el maravilloso privilegio de crear para nosotros alimentos durante millones (yo digo miles) de años, muchos alimentos que incluso cuentan con vitaminas, y propiedades curativas para el hombre, pero ahora esta hermosa y valiosa herencia esta en peligro por los alimentos genéticamente modificados.Alimentos que ahora se encuentran presentes en la mayoría de productos que compramos día a día, las compañías que los producen se han gastado millones de dólares para evitar que los obliguen a poner los etiquetados necesarios que nos adviertan de esto.La compañía que ha visto un negocio redondo en esto se llama Monsanto, una Transnacional líder en ingeniería genética y dueña del más del 90% de las semillas transgénicas de todo el mundo.La producción de estos alimentos está provocando que miles de agricultores en todo el mundo estén perdiendo toda una vida de trabajo y también está poniendo en riesgo la salud de los consumidores, pero la Iglesia católica ha entrado en el juego de esta nueva tecnología y defiende la creación de semillas transgénicas como “un arma útil y preciosa para poder erradicar el hambre en todo el mundo“.

Pero lo cierto es que esta compañía no solo cuenta con el apoyo del Vaticano sino que prácticamente tiene sus raíces en ella, ya que su fundador, John Francis Queenny, formaba parte de la orden católica de los caballeros de Malta….

Tan interesada está la Iglesia en la humanidad, que promueve los alimentos de una compañía que proveyó a Estados Unidos del veneno conocido como el agente naranja…

Pero claro el Vaticano tiene que cuidar sus intereses, Monsanto seguro que le deja mucho dinero por su apoyo, solo el maíz transgénico le dejo unas ganancias a Monsanto de 4.81 Billones de dólares en su año fiscal del 2011, además de ser la dueña de más de una cincuentena de industrias de semillas en todo el planeta.

La Iglesia católica hasta llevó a cabo reuniones en el Vaticano para disipar según ellos las dudas y los mitos que rodean a los transgénicos. Una reunión que sospechosamente se hizo a puerta cerrada…

Controlar los alimentos es el arma más poderosa para poder controlar a la humanidad, la idea de las semillas transgénicas son la excusa perfecta para que el Vaticano y Monsanto comiencen a cobrar sus derechos sobre las semillas, no cabe duda que han creado todo un monopolio puro y duro que los beneficia solamente a ellos.

Pero lo que hace aún más peligroso este macabro plan es que estos alimentos transgénicos producen enfermedades, tumores, cánceres, alergias, infertilidad en hombres y mujeres, un plan que por lo visto además de dejarles millones les ayudaría a eliminar mucha población del planeta, sin incluir la contaminación del medio ambiente y la biodiversidad de la tierra.

Por otra parte los científicos están alertando de que estos alimentos están siendo distribuidos en el mercado sin las pruebas adecuadas.

Si de verdad estos alimentos fueran sanos como intentan que creamos entonces ¿porque Monsanto prohíbe sus transgénicos en sus propios comedores ejecutivos?, ¿porque le permite a sus empleados escoger cuando no le quiere brindar esa derecho a la humanidad?

La hipocresía de la Iglesia católica es tan grande que el mismo Juan Pablo II después de haber dado su aprobación a estos alimentos transgénicos en 1982, mandó hacer su propio huerto en el Vaticano en donde las monjas siembran todo ecológicamente ¡sin ningún tipo de pesticidas ni de fertilizantes!, alimentos orgánicos que como es lógico imaginar , consumía el papa Emérito Benedicto XVI quien también ha apostado por la difusión de la Biotecnología.

¿Entonces porque no se comen ni ellos ni Monsanto su propia comida?

Lo que no dicen es que estos cultivos transgénicos solo producen pérdidas millonarias en la fertilidad del suelo, la desaparición de alimentos básicos, y una masiva contaminación ambiental. Además a medida que crecen estas áreas de cultivos de transgénicos desaparecen fuentes de trabajo, y aumentan la desocupación, el hambre y la indigencia, todo lo contrario de lo que nos quieren vender y hacer creer.

Es importante tener en cuenta que detrás de este plan macabro quedan miles de personas y agricultores que decidieron quitarse la vida, incluyendo las miles de vidas destrozadas y una naturaleza que no soporta más la codicia y maldad de criminales que que por amor al dinero son capaces de inventarse un negocio tan macabro y espeluznante como son los alimentos transgénicos

Y mas inhumano es el usar el termino de alimentos transgénicos para acabar con el hambre del mundo esto un argumento vil que no debería de utilizarse para sacar beneficios económicos como los que está obteniendo el Vaticano, Monsanto y los gobiernos corruptos.

Es necesario mantener nuestros alimentos lejos de las garras de la Iglesia católica y de su empresa maquiavélica Monsanto.

Las pruebas demuestran que el Vaticano y Monsanto tienen una relación muy peligrosa para el Mundo.

FUENTE: http://www.mentesanatv.com/2013/07/el-vaticano-esta-detras-de-las-semillas.html#.UemZb9KzKuI

Nota dezpierta: Como bien me ha apuntado mi amigo y hermano en la fe Wirkal, la página de procedencia de esta información parece pertenecer a la secta de José Luis de Jesús Miranda, que se hace llamar «Jesucristo Hombre».

Ni que decir tiene que negamos con rotundidad las pretensiones y afirmaciones de este individuo y que consideramos que es (o era) el precursor de una secta religiosa destructiva.

Es más, al parecer, el que se autodenominaba Jesucristo Hombre ha fallecido recientemente. Así que terminamos con esta absurdidad. (Fuente

Esto no quita que las conexiones entre el Vaticano y Monsanto sean evidentes. Por lo tanto, insistimos en ellas.

Que Dios os bendiga.