«No abandono la cruz, continúo en un modo nuevo ante el Señor crucificado». Eso ha asegurado Benedicto XVI en su última audiencia pública antes de que mañana a las 20.00 horas renuncie como Papa y se oculte del mundo para llevar una vida consagrada a la oración.
«Le he pedido a Dios con insistencia, en la oración, que me iluminase con su luz para hacerme tomar la decisión más justa no por mi bien, sino por el bien de la Iglesia. He hecho todo esto en la plena conciencia de su gravedad y también novedad, pero con profunda serenidad de ánimo. Amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, sufridas, teniendo siempre delante el bien de la Iglesia y no de nosotros mismos», afirmaba.
Ratzinger ha subrayado que cuando fue elegido Papa desde ese momento se comprometió «siempre y por siempre con el Señor». «Siempre. Quien asume el ministerio pietrino pertenece siempre y totalmente a todos, a toda la Iglesia. De su vida le es retirada la dimensión privada», destacaba.
Pero el Papa se ha refirmado en que ese «siempre» es un «para siempre». Y en ese sentido ha subrayado que su decisión de renunciar al ejercicio activo del ministerio no revoca eso. «No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, recepciones, conferencias, etc. No abandono la cruz, continúo de modo nuevo ante el Señor crucificado«.
Benedicto ha indicado que hace casi ocho anos, el 19 de abril de 2005, cuando decidió asumir la responsabilidad de ser Papa, sintió que el Señor ponía sobre sus espaldas «un gran peso».«Pero el Señor me ha guiado verdaderamente, me ha estado próximo, he podido percibir diariamente su presencia», aseguraba Benedicto XVI, tras recorrer durante 15 minutos la Plaza de San Pedro a bordo del Papamóvil saludando a los fieles.
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Nota dezpierta: El Papa no abandona la cruz, en inglés la noticia ha sido traducida como «not coming down from the cross» que significa «no me bajo de la cruz» como si el Papa fuera el que está colgando de ella.
Y no creo que sea un error de traducción o de interpretación ya que todos sabemos (o deberíamos saber) que el Papado se ve a sí mismo como el substituto de Cristo en la Tierra, por algo en su mitra papal se puede leer «Vicarius Filii Dei» que significa «Vicario del Hijo de Dios».
Así que, en una clara usurpación del papel que Jesucristo desempeña en nuestras vidas, el papado se erige como Dios en la tierra apropiándose del derecho a modificar, eliminar y promulgar doctrinas.
Sin lugar a dudas, Jesucristo no necesita un substituto porque Él nos encomendó al Espíritu Santo para que llevara a cabo la labor de enseñanza, convencimiento y conversión.
No necesitamos al hombre para comprender a Dios, ni tampoco para recibir el perdón y la redención. En cualquier caso, Jesús estableció una iglesia que pudiera extender el mensaje para que cada uno de nosotros pudiéramos tener acceso a él, no para modificar el testimonio de Jesús expuesto en los evangelios.
Busca a Dios con todo tu corazón y confía en que Él te guiará por medio de su Espíritu hacia la Verdad. Jesús vuelve pronto.
Bendiciones.