El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha afirmado hoy que la Iglesia «pagará» el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) si así lo establece la ley, pero ello «irá en detrimento de otras acciones». Preguntado por los periodistas, tras ofrecer una conferencia en Cádiz, Rouco Varela ha explicado que «la Iglesia está dentro de la legislación general» por lo que no «tendrá ningún problema en pagar si así lo establece la ley». Ha recordado la norma que exime de pagar el IBI a «toda entidad que trabaja o actúa sin ánimo de lucro», y en referencia a la Iglesia ha subrayado que se debe a un «principio previo» que afecta solo «a los edificios de culto donde se practica la actividad pastoral de forma estricta y a las catedrales». Antonio Rouco Varela ha destacado que lo que se entiende como «actividad pastoral estricta» se recoge en el acuerdo que alcanzaron «España y la Santa Sede sobre asuntos económicos en 1979».
El cardenal ha dicho que «si hay que pagar, se pagará» el IBI aunque ello pueda afectar a otras acciones de la Iglesia como la que desarrolla Cáritas, aunque en este punto ha confiado en la «generosidad de los fieles». Cáritas también se financia con los impuestos de todos los españoles y se beneficia (entre las que más) del reparto de los fondos de la casilla social del IRPF para su extensa actividad social.
La Iglesia vive prácticamente en un paraíso fiscal, porque no solo no pagan IBI por los templos de culto, tampoco por las casas donde viven los religiosos, por ejemplo la de Rouco. Ni por edificios que tienen alquilados, ni por las tierras que tienen en propiedad. Si pagaran por todo ello, la organización Europa Laica ha calculado que el Estado podría ingresar entre 2.500 y 3.000 millones. En Italia rompieron recientemente esta barrera y les han exigido pagar el IBI. Los Ayuntamientos, que son quienes recaudan este impuesto, han ido manifestándose en las últimas semanas respecto a este asunto, buscando cómo poder cobrar por este concepto a la Iglesia, pero, a decir de los expertos, poco puede hacerse si el Gobierno no deshace los famosos acuerdos económicos llamados de la Santa Sede. Capitales como Zamora han optado por desgajar del IBI la tasa de basura, que se cobraba conjuntamente, para poder, al menos, pasar esa factura a la Iglesia, porque nada dicen los acuerdos sobre los residuos urbanos.
En otros consistorios están peinando su caserío para ver, edificio a edificio, por cuáles se debería abonar el IBI y no se hace. La inercia de años atrás no sirve para tiempos de crisis aguda. León o Valladolid anunciaron hace unos días su intención de encargar estudios para ver qué posibilidades jurídicas tienen de recaudar este impuesto a las organizaciones religiosas.
Y no son pocas las iniciativas políticas al respecto. Por ejemplo, IU ha presentado enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado para tratar este asunto. Recogiendo propuestas de Europa Laica, piden que se rebaje en un 20% la asignación que recibe la Iglesia por el IRPF y que a 31 de diciembre de 2014 esta organización se autofinancie, como se comprometieron en los acuerdos de 1979.
Fuente: http://sociedad.elpais.com
Nota dezpierta: La que se autodenomina Iglesia de Cristo «amenaza» con retirar parte de sus ayudas a los necesitados, si es que se le obliga, por parte del estado, a pagar los impuesto que ha estado evadiendo desde la antigüedad.
Porque como dijo el entrevistado del programa «Salvados», de la Sexta: la Iglesia es la única institución que estaba en España, antes de que existiera España.
«Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra». (Apoc. 17:16-18)
Así que tenemos una Ramera, que cabalga sobre una bestia, que tiene diez cuernos que son diez reyes. Esta Ramera con la cual han fornicado los reyes de la tierra, que está ebria de la sangre de los santos, que se llama Babilonia la Grande, no puede ser otra que la Iglesia Católica.
La mujer, en el lenguaje bíblico, representa a una iglesia, una religión. De la misma manera que Apocalipsis 12 habla de otra mujer:
«Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese».
¿Quién es esa mujer?, ¿María? No, esa mujer es la iglesia verdadera, que primeramente estaba representada por el pueblo judío del que salió Jesucristo y después se extiende hacia todo aquel que acepta a Jesús como su salvador.
Y este dragón escarlata con siete cabezas y diez cuernos… ¿puede ser el mismo que la bestia de Apocalipsis 17?
«Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos». (Apoc. 17:3)
Así que tenemos a una iglesia verdadera, representada por una mujer pura y tenemos a una iglesia apóstata, representada por una ramera. Y ¿quien es ese dragón sobre el que está sentada la ramera que tiene 7 cabezas y 10 cuernos, que ya intentó devorar a Cristo?
Como todos sabemos, el Dragón, en la Biblia, es uno de los nombres que se le atribuyen a Satanás (Apoc. 20:2), así que podemos entender que esa bestia escarlata tiene una identidad totalmente satánica, pero no creemos que sea Satanás mismo, porque tiene unas características que nos hacen pensar en los reinos o imperios de la profecía de Daniel, que continúa en Apocalipsis 13 y nos dice que tiene 7 cabezas y 10 cuernos y una de esas cabezas fue herida de muerte.
Así que tenemos a los diez cuernos, que reciben poder durante un corto periodo de tiempo y que aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego. Entendemos que son las naciones o las potencias que ejercerán su dominio en el último tramo de la historia y que reciben su poder juntamente con la bestia.
Sabemos que ese dragón escarlata es el Nuevo Orden Mundial, que será comandado por 10 naciones que le entregarán su autoridad. Posiblemente, el catolicismo dará paso a la religión luciferina del Nuevo Orden Mundial que será una mezcolanza de todas las doctrinas paganas que las religiones han ido incorporando gracias al ecumenismo propuesto por Roma. Y una vez que el Nuevo Orden Mundial alcance todo su esplendor, lo más seguro es que terminen por desecharse los reductos de cristianismo del catolicismo y se pase al luciferanismo puro.
Soy consciente de que esto es tremendamente complicado, pero se verá mucho más claro cuando veamos su cumplimiento con nuestro propios ojos.
También sé que me he salido un poco del tema, pero cuando hablamos de profecía, una cosa nos lleva a la otra.
La conclusión es que la Iglesia ve como las naciones estrechan el cerco sobre ella y ésta cada vez va mostrando su carácter verdadero y perdiendo esas pocas características cristianas que la enmascaran, dando prioridad al beneficio económico antes que a los verdaderos motivos que deberían mover al cristianismo.
Bendiciones.